Toda organización moderna genera hoy un caudal de datos. A partir de esta data hemos hecho el esfuerzo de diseñar e implementar un sin fin de KPI (key performance indicators) estratégicos para nuestra gestión.
Cada KPI que usamos en nuestra operación diaria es una historia en sí misma. Una serie de tiempo que representa el pulso de una señal clave para nuestra gestión.
Ante tal cantidad de KPI lo que necesitamos es foco en los indicadores que son relevantes ahora. Usar nuestra atención en lo que se escapa a lo normal y poder tomar decisiones al respecto de forma oportuna.
Una caída abrupta de ventas, un aumento abrupto de pacientes, pueden ser detectados de forma temprana y alertados de forma clara, oportuna y confiable.
Las técnicas de detección de anomalías aprenden de la data histórica, buscan sus patrones y ante nuevas observaciones detectan en tiempo real si corresponde a una anomalía y amerita ser destacada. Esto permite el estar tranquilo sabiendo que cuando una señal cobra relevancia, lo vas a saber.
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